jueves, 18 de octubre de 2012

"El Compromiso del artista" por Alejandro Reyes


El compromiso del artista con el arte es como el compromiso del carpintero con la madera, como el compromiso del hortelano con la tierra y la semilla, como el sacro compromiso de la madre con el fruto de su vientre. Es profundo, es total, no acepta medias tintas.

Elijas lo que elijas en la vida, el llamado tiene que venir desde adentro, de lo contrario, perderás el tiempo.

Cualquiera puede escribir una poesía, cantar una canción, pintar un cuadro y experimentar en hacer un taburete de madera en el garaje de su casa. Es lo que algunos llaman “hoby”, y a veces,  puede resultar tan bello o tan bueno como lo mejor.
En cambio el artista comprometido con su arte así  como el carpintero comprometido con su madera, con su taller y con su artesanía, no son solamente lo que hacen, sino  lo que son. Porque en la vida se elige ser. Pero, hay quien no elige. Simplemente  toma sin mayor esfuerzo lo que está a su alcance. Tal como si a nuestro paso nos cruzamos con un árbol cargado de fruta madura y solo estiramos la mano para saciar nuestra más urgente necesidad y luego despreocupados,  seguimos el sendero del camino. ¿Hacia dónde? ¿Con qué meta, con qué propósito? Porque la vida debe ser mucho más que estirar la mano y tomar lo que ya está preparado. La vida nos exige una búsqueda, una búsqueda en nosotros mismos y un camino propio para hallar nuestra única e intransferible verdad.

Una inmensa cantidad de almas  vagan por la vida  por caminos equivocados: Carpinteros que hubieran deseado ser pilotos, marineros que hubieran anhelado ser chef de cocina, y “artistas” que les pareció el sendero del arte el más redituable para explotar ciertos atributos personales, vendiendo un bello cuerpo,  una bonita imagen o una dulce voz.

Ser coherente con la tarea que se realiza en la vida es la única forma de no hacerse trampa uno mismo ni hacerle trampa a los demás.
     Porque todos somos lámparas  y fuimos echados en el mundo para iluminar el camino que nos toca transitar, es decir, ser útiles a nuestro fin y propósito sobre el planeta.

¿De qué sirve una lámpara si no para alumbrar? Pero te digo: “Jamás podrás guiar la luz de tu lámpara si no sabes adonde apunta el sendero”. 


Tú eres responsable de lo que expresas y lo que expresas está tocando las vidas de muchos otros, de ahí la tremenda responsabilidad. ¿Sabes lo que estás haciendo? ¿Sabes por qué lo estás haciendo?  Se te dio un Don, se te eligió para ser poseedor de ese Don, de ti depende canalizarlo con responsabilidad. Te será reclamado a su tiempo, y cuanto más se te da, mucho más te será reclamado.

*Alejandro Reyes.
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